Día de la Tierra - Abril 22 2020
Hola a todos, este es texto del episodio 11 de radio maestros de la regeneración, les habla Tomas Rayes.
Espero que estén a salvo, cuidándose y aprovechando este tiempo de crisis de la mejor forma que pueden.
Ya llevamos un mes de cuarentena en Bogotá, Colombia desde el 17 de marzo 2020, hoy es 18 de abril.
Los próximos episodios que voy a publicar en el mes que viene son una miniserie sobre preguntas generativas esenciales.
Qué preguntas exploratorias nos podemos hacer hoy para volver a imaginarnos para qué vivimos, cómo nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza ?
Qué necesitamos ver y entender que no hemos visto para volver a imaginarnos las definiciones que le damos a nuestra participación en el mundo? A nuestras medidas de valores colectivos de nuestra especie?
Preguntas esenciales como: Qué es lo esencial para vivir? que es el desarrollo, la economía, el dinero, la relación de los humanos con el mundo natural, con esta hasta ahora predominante ilusión de separación?
Cómo podemos entender los grandes retos, los momentos de estrés como tiempos de crecimiento? de re-nacimiento?
“Cuando consideramos que la vida está principalmente hecha del mundo intangible - pensamientos, emociones, gravedad, electromagnetismo, consciencia - podemos comenzar a apreciar que apenas una pequeña parte de lo que experimentamos como nuestra vida cabe dentro del dominio de los sentidos.
En la primera semana de cuarentena aquí en Colombia, estaba conversando con una amiga. Su hija de 8 años dibujó a la humanidad como una serpiente mirándose al espejo y la serpiente que se está mirando al espejo se dice a si misma: no te acerques. Y dice la niña…: Es que a los humanos nos da miedo vernos.
Qué representa la serpiente a lo largo de la historia que conocemos de la humanidad? Es el símbolo de la fuerza vital, Chiti, o kundalini, la forma de todo en el universo. Y también es el símbolo de la sabiduría y la medicina.
Les comparto aquí un párrafo corto sobre la fuerza vital. Observen si se reconocen en estas palabras.
“Cuando el agua entra en el árbol de limón, adquiere la calidad del limón y se vuelve ácida, y cuando entra en el chile, se pone picante. Pero a pesar de que se
manifiesta en todas estas formas diferentes, el suelo es el mismo, el agua es la misma, el agricultor es el mismo. De la misma manera, Chiti, la energía cósmica, se convierte en este multiverso. Ella no crea este universo de la misma manera que un ser humano construye una casa, usando diferentes tipos de materiales y permaneciendo diferente de esos materiales. Ella crea el universo a partir de Su propio ser, y es Ella misma quien se convierte en este universo.
Ella se convierte en todos los elementos del universo y entra en todas las diferentes formas que vemos a nuestro alrededor. Ella se convierte en el sol, la luna, las estrellas y el fuego para iluminar el cosmos que crea. Ella se convierte en prana, la fuerza vital, para mantener vivas a todas las criaturas, incluidos los humanos y las aves; Es Ella quien, para calmar nuestra sed, se convierte en agua. Para satisfacer nuestra hambre, Ella se convierte en comida. Lo que vemos o no vemos, todo lo que existe, desde la tierra hasta el cielo, no es más que Chiti, nada más que Kundalini. Es esa energía suprema la que mueve y anima a todas las criaturas, desde el elefante hasta la hormiga más pequeña. Ella entra en todas y cada una de las criaturas y cosas que crea y sin embargo nunca pierde su identidad o su pureza inmaculada. "
- Swami Muktananda
Para volver al tema de los momentos exigentes en la vida, de estrés profundo acompañado de crecimiento y desapego…
Hay una historia que me gusta mucho, de un rabino de Brooklyn llamado Abraham Twerski. Él cuenta que estaba donde el dentista, y mientras esperaba se puso a hojear una revista, el titulo de un articulo era: cómo crecen las langostas? Su primera reacción fue: Y a mi qué me importa cómo crecen las langostas? Pero se dio la oportunidad de darle una mirada a ver qué decía. La langosta vive en una caparazón rígida y a medida que crece la langosta se siente bajo presión porque le comienza a quedar pequeña su caparazón, tiene que deshacerse de ella y esconderse para protegerse de depredadores, mientras crece su nueva piel. El estímulo para que la langosta crezca es que se siente incómoda. Y dice el rabino, afortunadamente las langostas no tienen médicos, porque si los tuvieran nunca crecerían, porque irían donde el médico quién les daría una prescripción de ansioliticos y no sentirían nada. Nunca dejaría su caparazón que ya no le sirve. La moraleja de la historia? Los tiempos de estrés son tiempos de renacimiento y por lo tanto, de desapego.
Si tú que estás escuchando eres humano, humana y vives en la tierra…. sin duda habrás tenido momentos íntimos de gran crisis y transformación a lo largo de tu vida. Momentos en que la vida te pone a prueba y a través de experiencias negativas, y digo negativas y no malas que es diferente, te lleva a reconfigurarte, a crecer.
Qué te pone a hacer? A mirar lo que no has querido ver, a organizar tu mundo interior para pasar al siguiente nivel, para ir al rescate de tu vida.
Cuando eso ha ocurrido, probablemente has pasado por un primer momento de rechazo al llamado a dejar tu mundo ordinario, hasta que ya no puedes seguir negándolo porque la vida te quita todo lo que ya no te sirve.
Les suena conocido? Así estamos en este momento, pero a nivel colectivo, hoy.
Desde que yo era niño observaba el mundo y me preguntaba por qué los humanos vivíamos así. Me sentía extraño, ajeno, como un extranjero en una tierra y cultura que no lograba entender.
La última vez que personalmente pasé por un momento de transformación profunda fue a mediados de 2017 cuando mi mundo ordinario en LA se derrumbó. No tengo cómo explicarlo, pero la vida me quitó la alfombra mágica en la que venía navegando desde 2014. Un par de meses, en un clásico rechazo al llamado a la aventura, intenté seguir haciendo lo de antes, lo mismo, quería recuperar esa normalidad con la cual estaba identificado.
Hasta que un día, el día que iba a hacer una prueba con unos clientes nuevos, me llamó mi cliente y me dice: nos hicieron evacuar porque hay un incendio grande muy cerca. Cómo se llamaba el incendio? The Thomas Fire (el fuego Tomás).
Ese día decidí escuchar este mensaje y entendí que para poder crecer debía “quemar” mi realidad anterior , desapegarme de aquello con lo que estaba identificado y responder al llamado a la aventura. Esta es de forma muy resumida la historia de cómo empecé este podcast y regresé a Casa en Colombia.
Y así fue como comencé este podcast en 2018 con la intención de conectar con otros alrededor del mundo y co-crear un lugar donde confluyeran los conocimientos de personas que se preguntan y exploran posibilidades de una relación humana equilibrada y sana con el mundo natural.
Cuando comienzas a ver objetivamente el uso que le hemos dado a lo que llamamos recursos naturales, que son en realidad los sistemas naturales que soportan la vida entera en la tierra, que nos dan el aire, el agua y la comida que sostienen la vida, es inevitable que comiences a atravesar las fronteras de tu mundo ordinario. Hay un momento de rechazo a responder a ese llamado, clásico de la aventura del héroe.
Comienza tu aventura de descubrimiento, y ver de qué están hechos los alimentos de producción industrial, el daño que le hemos hecho a los suelos, los océanos, el aire, a nuestro organismo y a otros, no es fácil. Es duro de digerir y te sientes impotente. Ese sentimiento desconcertante no es constante, viene en oleadas, como cuando perdemos un ser querido y nos asalta a ratos la consciencia plena de que esa persona ya no está físicamente aquí.
Pero una vez respondes al llamado y pasas el umbral que te separa de la aventura, en el camino te encuentras con guías, mentores, pruebas y sincronías. Ves que hay personas alrededor del mundo luchando con valentía y con amor por crear un mundo más sano, honrando lo esencial que nos da la vida y honrando la naturaleza… dándole el lugar que le corresponde como nuestra madre, la jefa, la que nos muestra cómo son las cosas en la tierra.
En estos últimos 2 años y medio desde que comencé radio maestros de la regeneración, si bien hemos visto mucho cambio de dirección y una emergente consciencia de unidad que gradualmente ha ido dejando atrás la consciencia colectiva de separación, la humanidad había seguido distraída, adictos a escapar de nosotros mismos, ocupados, consumiendo en exceso, desconectados de la realidad objetiva de los límites innegables del equilibro biogeoquimico del planeta y desconectados del poder de la fuerza vital creadora que hay en cada uno de nosotros.
Y de repente llega esta pandemia.
El universo nos detiene y nos desnuda. Aquí estamos. Aislados, algunos en familia, otros solos. Si 2020 es el año de visión perfecta, qué es la visión perfecta me pregunto, sin haber visto lo escondido? Sin haber des-cubierto las sombras de nuestros modelos de realidad y nuestras sombras personales?
La situación actual trae consigo una mortalidad baja pero de alto contagio, en cuestión de semanas nos muestra lo frágiles que son los sistemas y modelos de realidad que hemos creado: la ilusión del control que tenemos como especie sobre la naturaleza, el consumo desmesurado, el asalto a la naturaleza extrayendo minerales preciosos, rociándola con toxinas y excesos de nutrientes industriales, la incomprensible atención que le damos a las cosas externas que nos prometen obtener una felicidad que siempre nos elude, esta carrera desenfrenada que nadie sabe muy bien hacia dónde es, el crecimiento económico sin límite.
Hace unos días estaba leyendo un libro que se llama Caos de James Gleick y encontré este extracto de los años 50’s y 60’s del siglo 20 cuando predominaba un optimismo irreal sobre la predicción del clima.
Los periódicos y las revistas de la época estaban llenos de esperanza en la capacidad de la ciencia del clima no sólo de predecirlo sino de modificarlo y controlarlo. La idea de que la sociedad humana se liberaría de la complejidad del clima y se convertiría en su amo en vez de su víctima. Los científicos aprenderían cómo hacer llover y cómo parar la lluvia.
Y aquí estamos… 60-70 años después. La naturaleza nos acaba de mandar a quedarnos quietos, en casa, a parar ya esta forma de vivir inconsciente, desconectada de los ritmos y necesidades de la tierra, esta forma de vivir distraída, irresponsable y enferma, constantemente nutrida por esta ilusión de separación, de soberanía y control sobre el mundo natural alimentada por esta incesante sed de más felicidad en formas externas.
Esta pandemia nos muestra claramente que no somos todopoderosos. Como ustedes, tampoco tengo idea de cuándo vamos a poder movernos, vernos en persona, abrazarnos de nuevo. La vida también es comunidad, pero nos vemos forzados globalmente a imaginarnos en familia o comunidades ultra localizadas, nos vemos re-conectados a nuestro lugar de pertenencia: aquí y ahora. Quieticos. A pensar en qué hemos hecho y cómo podemos crear una nueva forma de vivir.
De una manera paradójica, es perfecto. Como una intervención. Así como las crisis negativas de las que hablaba hace un rato. A nivel global nos vemos forzados a considerar qué es realmente esencial y valioso en nuestras vidas: techo, comida, agua, consciencia, estudio y sanación interior, comunidad, respeto, pedirle permiso y agradecerle a la tierra por la vida que nos regala, la aventura de reconocernos tanto individualmente como colectivamente, re-imaginarnos como especie y como creadores de realidades.
Qué necesitamos saber hoy para soltar creencias que ya no le sirven a la vida y crear un nuevo sistema de vida alineado a la salud de la tierra?
Los próximos meses y probablemente años, vamos a ver los cambios más profundos en la historia de la humanidad tal cual la conocemos. Esta coyuntura es un acelerador de cambio.
Nuestros modelos de vida, en qué ponemos nuestra valiosa y creadora atención, el capitalismo, las religiones, los gobiernos… nuestras intenciones que definen cómo vivir, todo… va a cambiar.
Si nos damos la oportunidad de escuchar las palabras con las que describimos colectivamente los retos globales, podemos danos cuenta del poder que tienen sobre nuestra percepción de la realidad. Cómo crean la historia de nosotros Homo Sapiens. La narrativa de combatir el covid para volver a la normalidad no sirve, porque es negar tanto la responsabilidad y el poder que tenemos de crear nuestra historia, como la posibilidad de cambio a expensas de una normalidad que ya no sirve.
Esta narrativa de “hay que acabar con esta coyuntura para volver a la normalidad” es como preguntarse a nivel individual: por qué me salen mal las cosas, qué de malas yo, por qué me pasa esto a mi?” en vez de preguntarnos… qué me quiere mostrar la vida a través de estos reflejos negativos, qué necesito ver y aprender, qué me está tratando de enseñar esto que juzgo y experimento como negativo?
Qué podría pasar si en vez de decir estoy feliz, estoy triste, estoy con miedo dijeras: escojo estar triste. escojo estar feliz. escojo tener rabia. escojo tener miedo. Porque así es como sucede el mundo, porque escoges. Porque te apropias de tu poder creador.
Es como la narrativa de combatir el cambio climático, el hambre, la pobreza. Todo esto no es para combatirlo, sino para sanarlo.
Y qué hacemos para sanar? Volcar nuestra mirada hacia adentro. Estos son síntomas de nuestro mundo interior, no son enemigos, son mensajes muy claros en forma de reflejo de algo que no está ordenado en nosotros.
Cómo funciona esta relación de tu mundo interior y exterior?
El mundo “exterior” se organiza, se desbloquea, y para ordenarse y sanar te presenta reflejos en función de qué tan conectado estás a la esencia de tu verdad única y auténtica (aquella que te pertenece sólo a ti) Y qué tanto la honras con las decisiones que tomas a cada momento. Esa es la paradoja, que si bien vamos a vivir una transformación profunda como especie, la transformación comienza dentro de cada uno de nosotros.
Tú le ocurres al mundo. No al revés. Estás creando constantemente esta ilusión que experimentas como tu realidad.
Y para experimentar un nivel de maestría de tu realidad, debes darte la oportunidad de reconocerte. Darte la oportunidad a ti y al mundo, de re-conocerte y ser quien has soñado ser desde siempre. Más allá de lo que te dijeron tu papá, tu mamá, tus profesores, la sociedad, la publicidad, tus gobernantes.
Pero claro, desde niños construimos una identidad basada en todo esos estímulos externos para conseguir amor, atención, protección y nos adaptamos para sobrevivir. Estos procesos inconscientes que han sido profundamente moldeados por nuestros miedos infantiles siguen piloteando tu vida si no los has nombrado, si no les has dado su lugar. Han estado ahi contigo desde siempre intentando mostrarte cosas que tienes que sanar para poder escribir tu propia historia.
Qué miedos?
Miedo a ser juzgado. No amado. Abandonado. Rechazado. Miedo a nombrar tus necesidades y deseos. A hablar tu verdad. Miedo a no encajar en una vida condicionada. Miedo a dejar una normalidad que probablemente has sentido por años que no cuadra. .
Si logras atravesar ese umbral, del otro lado está tu sanación. En ese proceso vas a reconocer tu poder. El universo no te presentaría estas pruebas si no tuvieras la capacidad de responder. Cuando sanas tu interior, sanas lazos ancestrales enfermos y sanas el futuro. Creas una nueva línea de vida.
Y como te dije… paradójicamente, mientras más te vas para adentro a mirar todo lo que aún tienes por sanar, más se ordena tu mundo. El mundo.
El mundo no está hecho de átomos no más. Está hecho de historias en cada uno de nosotros.
Todos crecimos en familias de alguna manera disfuncionales, adoloridas, asustadas.
Hoy, tenemos la oportunidad de parar ese ciclo y escribir una nueva historia. Para eso estamos aquí. Por eso.. A lo que vinimos. Recuerda tu poder.
Así puedes imaginar y tejer nuevos sistemas de vida, no sólo para ti, sino para todos, que no son más que tú mismo.
Donde vas tú, vamos todos.
Es seguro y posible para cada uno de nosotros caminar a través de este umbral.
Si lo necesitas, háblale a tus miedos y comunícales lo siguiente.
Me perdono a mi mismo y a otros por aquellos momentos en que sentí no escuchado, decepcionado, abandonado o no apoyado.
A veces me despierto y tengo que recordarme que no hay nada malo en mí. Tengo patrones por desaprender, miedos por nombrar y reconocer, intenciones por aclarar sobre las decisiones y las acciones que escojo tomar, nuevos comportamientos por experimentar con todo mi cuerpo, mi mente y heridas por sanar.
Tengo que recordar que no hay nada malo en mi corazón ni en quién soy. Estoy desaprendiendo generaciones de dolor y recordando el amor, la vulnerabilidad, la conciencia de unidad, la común unidad. Esto toma tiempo y mi mayores aliados son mi verdad personal donde vive la belleza de mi vida, reconocer mis sombras, mi consistencia en el trabajo interior y cómo honro el mundo natural que me da la vida todos los días con mis acciones.
Eso es todo por hoy, soy Tomas Rayes y esto es radio maestros de la regeneración.
Recuerden que este episodio y todos los demás en español y en inglés están disponibles en iTunes/Apple Podcasts, Spotify, Stitcher, Google Podcasts y otras plataformas en español y en inglés.
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Hasta la próxima, cuídense mucho.
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